Carnívoros

Los miembros del Orden Carnívora solo suman el 10% de todos los géneros de mamíferos. Presentan caninos alargados y muelas carniceras especializadas en cortar (Gittleman 1989). Actualmente los carnívoros incluyen un rango de especies de tamaños y formas muy distintas, algunas adaptadas a manejar presas del tamaño de un insecto y otras capaces de matar un animal más grande que ellos.

Aunque muchas especies viven principalmente de carne, la información existente demuestra que prácticamente todas las especies estudiadas dentro del orden consumen al menos una parte de dieta vegetariana: para muchas las plantas son una importante contribución a la dieta y hay algunas que se han vuelto secundariamente casi exclusivas vegetarianas (Palacios 2007).

La existencia de una especie exitosa de carnívoro, depende de la combinación de una alta especialización para hacer al predador efectivo sobre su tipo de presa particular con la suficiente flexibilidad como para permitir la utilización de una variedad de comidas en relación con variaciones estacionales o ambientales (Ewer 1973).

Por situarse en la cima de la cadena alimenticia, los carnívoros pueden afectar la abundancia de otras especies que son parte de su dieta, o de la dieta de sus presas, jugando un rol muy importante en la regulación de poblaciones de varias especies de un ecosistema. Esta es la principal justificación para proteger especies de carnívoros y su hábitat.

En el Parque Nacional Pan de Azúcar destacan la presencia de tres especies de carnívoros: el depredador intermareal denominado Lontra felina perteneciente a la familia Mustelidae y dos especies de la familia Canidae, Lycalopex gymnocercus y Lycalopex culpaeus, ambas especies distribuidas en un gradiente altitudinal, lo cual condicionaría al zorro culpeo a los biotopos litorales del desierto costero y al zorro chilla a biotopos de mesetas y llanos de altura (CONAF, 2002).

Según el Reglamento de Clasificación de Especies del MMA, las dos especies de zorros se encuentran en categoría Preocupación menor y la nutria de mar, en categoría Vulnerable.

En el siglo pasado la caza ilegal con fines peleteros de zorro culpeo, zorro chilla y la nutria de mar fue la principal amenaza que sufrieron estas especies, destacando el zorro chilla fuertemente cazado por su piel. Tanto el zorro culpeo, el zorro chilla como la nutria de mar presentan diversas amenazas en su rango de distribución, siendo la transmisión de enfermedades una de las más complejas de abordar. Hoy, de 31 enfermedades estudiadas en especies silvestres y el hombre, 17 fueron facilitadas por actividades humanas. De éstas, la degradación del hábitat fue la principal causa en la aparición de las enfermedades (Dobson & Foufopoulos 2001). Otra amenaza en el último tiempo, especialmente para los zorros, ha sido la cacería y la persecución para reducir la depredación de ganado y aves de corral (Travaini et al., 2000).

En el caso de la abundancia de L. felina los últimos años ha ido en declinación (Medina 1995), presentándose entre las principales causas la caza ilegal para fines peleteros (Castilla & Bahamondes 1979), la destrucción de su hábitat y la intervención antrópica, involucrando tanto la captura del animal como el aumento de los asentamientos humanos y las actividades económicas extractivas realizadas en su hábitat (Medina 1995), además de la captura accidental en las redes utilizadas por pescadores artesanales (Rozzi & Torres-Mura 1990).

En las últimas décadas, las principales amenazas para la nutria de mar se derivan de una urbanización intensiva de las costas, donde la inmensa presión humana sobre el ecosistema costero acelera la degradación del hábitat y aumenta su fragmentación (Medina – Vogel et al., 2008, Vianna et al., 2010). Los asentamientos humanos y sus alrededores, permiten que en grandes madrigueras con entradas terrestres puedan ser ocupados por perros, gatos y ratas, desplazando a la nutria marina para su reproducción, la alimentación y las zonas de descanso (Valqui 2012). Los ataques de perros son reportados cada vez más en varios lugares de la distribución (Medina – Vogel et al., 2008, Vianna et al., 2010).

Los factores globales naturales como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) también pueden afectar considerablemente la población de nutria marina (Vianna et al., 2010), debido a los cambios climáticos y oceanográficos más o menos drásticas que causan la mortalidad de varias comunidades marinas de peces y de mamíferos (Apaza y Figari 1999, Wang y Fiedler 2006).

En el Parque Nacional Pan de Azúcar se han registrado las diversas amenazas que han sido descritas, donde la presencia humana es el factor contribuyente a la presencia de perros, tanto en zonas de roqueríos costeros en el caso de chungungos, como para el ingreso de perros con y sin dueño a zonas de uso regular de zorros. Por otra parte, la extracción de algas de la zona intermareal altera el sistema ecológico de bosques marinos donde la nutria de mar obtiene sus principales presas. Según observaciones del equipo de Guardaparques, se indica que han visto disminuida la presencia de zorro culpeo en el último tiempo dentro de la unidad.

Objetos de conservación del Parque Nacional Pan de Azúcar
Objetos de conservación del Parque Nacional Pan de Azúcar
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